Tras unos intensos meses de preparación, llegamos a la recta final.
Este Domingo 7 de Abril, correré la maratón del que fue mi segundo hogar.
Roma, te correré con pasión, esos maravillosos…
42,195 km.
El año pasado, corrí por primera vez un Maratón, y fue en casa, en Madrid. Lo relaté todo en este post. Ni siquiera me dedicaba aún al mundo del entrenamiento, incluso puedo decir que era una Eli con más inseguridades y dudas. No sabía muy bien si mis apuestas o locuras hacia un futuro incierto, iban a dar los resultados que esperaba. Pero nunca perdí la ilusión, la constancia, las ganas y voluntad, pase lo que pase, de continuar hacia cada meta, reto y sueño que quisiera alcanzar. Es esa actitud, la que me ha llevado hasta aquí.
Si miro atrás, sin ir más lejos, al año pasado, me asombra la cantidad de cosas que me han pasado. No sé si todas ellas, las he buscado, o el destino las tenía preparadas para mí. Pero lo cierto es que hoy en día, me siento plena: viviendo una grandísima etapa de realización personal, en la que siento que tengo las riendas de mi vida. Que nada está en ella por casualidad.
Además, el año pasado, mi preparación maratoniana fue en soledad. No tuvo nada que ver con la que he llevado este. En primer lugar, puedo decir que he sentido un apoyo incondicional de mi equipo de trabajo. Dos increíbles profesionales y personas como Berni y mi compi Esther, que han mimado cada parte de mi cuerpo, para evitar lesiones y poder continuar esas tiradas largas, intervalos o entrenamientos de potencia. Recordaré siempre con cariño cuando me senté con Berni después de un entrenamiento y nos pusimos, calendario en mano, a planificar juntos cada día, cada entrenamiento de potencia en sala, cada masaje de descarga, cada carrera continua, cada tirada larga…
-Gracias por todo Berni- le dije
-Gracias por? ¿Soy tu entrenador no?-
Desde ese momento, sin necesidad de hablarlo, se convirtió en mi coach, y lo cierto es que no podía desear nadie mejor. Alguien que me comprendiera a la perfección día tras día, muchas veces sin necesidad de hablar. Pensando qué era mejor, guiándome en cada duda. Y es cierto que los km del entrenamiento los he corrido sola, pero en realidad nunca me he sentido así.
Conforme íbamos ilusionándonos con la preparación, me sorprendió con la noticia de que no se quería perder el gran día. Vendría a Roma conmigo y así llegar a meta, se haría sin duda, mucho más fácil. Todo iría sobre ruedas.
Las otras protagonistas indiscutibles de mi preparación, sin ellas saberlo, han sido las preciosas chicas Valientes del post anterior. En Numa, una de los proyectos que más ilusión me han dado, ha sido comenzar el club de corredores, con Teresa, Carmen y Cris, quienes se propusieron el reto de correr su primera Media Maratón. Carrera que, casualidad o no, se celebra en Madrid el mismo 7 de Abril, de la maratón de Roma. Las cuatro correremos el mismo día, distintos países si, pero el mismo cielo y con el corazón latiendo a la vez. Puedo decir que por mi parte recordaré siempre con especial cariño, toda esta preparación, esas carreras, tanto las del principio como las finales; ese tirar las unas de las otras, esas frases míticas, esas risas, esas agujetas, esa técnica de carrera tan peculiar, esos consejos de pepito grillo, esos momentos de recorrer km que consideraban inalcanzables, esa confianza en las otras y esa autoconfianza descubierta en si mismas, esa tranquilidad (como dice Tere) que nos aporta correr en equipo….
Sinceramente, toda esta etapa, me ha reportado una gran evolución tanto personal como profesional. Levantarme por las mañanas a realizar mi entrenamiento del día, enfocado a la Maratón de Roma, tanto los días que me tocaba tirada larga, como cuestas o intervalos. Combinado con los entrenamientos de potencia en sala con Berni, tan efectivos como agotadores. Y habiendo tenido una mañana movidita, llegaba la hora de empezar mi jornada laboral. Podía estar cansada, pero no importaba: Allí aparecían las chicas, las runners de Numa, las runners del flow como nos hemos apodado con cariño. Y confieso que a veces, he sentido las piernas tan cansadas que me he preguntado como iba a ser capaz de correr con ellas como trainer, sobretodo al principio que cuesta tanto coger un ritmo tan exigente. Pero ellas me han enseñado más que nunca, que todo está en la mente. Era ponerme las zapatillas para llevarlas en su entrenamiento, y me olvidaba completamente de mi misma. Y es curioso cómo, intentando sacar de ellas, su mejor versión, su máximo rendimiento y potencial, he logrado sin buscarlo, sacar lo mejor de mi misma. Por eso, cuando ellas me dan las gracias por haberlas hecho llegar hasta aquí, me pregunto quien debe dar las gracias a quien 🙂
Porque cuando tienes un sueño, cuando te propones llegar a una meta, lo que realmente cuenta desde ese momento, es cada paso (o zancada) del recorrido. No es tan importante el qué te propongas, sino todos y cada uno de sus pequeños por qués y para qués. Y es así como creamos nuestro camino, nuestra propia historia.
Nuestra propia vida.
Fue esta conversación que tuve con Diego, “Mr. Rodríguez” a quien conocí como entrenadora en Numa, último gran protagonista de este post, sobre los sueños, las ilusiones que nos mueven y la vida en general, lo que le llevó a inscribirme en la Maratón. Nunca he recibido un regalo tan bonito, porque aunque corro por y para mí, con mis piernas y mi corazón, el impulso hacia este sueño esta vez, ha sido él.
Sin más, me despido con la vista puesta en el Coliseo, Salida y Meta del Maratón.
Como siempre, iré informando de la aventura, en mi instagram @EliredSpirit
A dos días de correr por las calles de la ciudad eterna, final de un sueño e inicio de tantos otros, os dejo con algunas fotos significativas de los últimos meses.
Ci vediamo a Roma!
