Mi mejor marca

Kilómetro tras kilómetro.

Uno tras otro, hacia adelante, sin mirar atrás, disfrutando del recorrido hasta completar los 21.

Nunca he disfrutado tanto una carrera. El pasado Domingo, viví la Media de la Mujer, con una ilusión que quizá se había apagado este tiempo atrás. Me vi segura, fuerte, tranquila y… orgullosa de mi misma.

El recorrido fue muy significativo para mí. Subir la Gran Vía, cruzar Preciados … Pasar por el Palacio Real, por mi barrio de toda la vida, por las calles que me han visto crecer y convertirme en quien soy. En cada esquina, una historia. Dónde me he enamorado, dónde me han roto el corazón. Donde he acertado, donde me he equivocado. Corría por el mismo camino que seguía cada mañana hasta el colegio, y más tarde hasta el instituto. Recordando momentos, lágrimas, risas, abrazos de buenos días y besos de despedida. Bajar hacia Puerta de Toledo, como cada día que voy a entrenar, hacia mi querido gimnasio. Madrugones para sacar tiempo de entrenamiento, comer más tarde por acumular esos kilómetros con el club de corredores que tanto me ha ayudado, o llegar más tarde a casa, con tal de no fallar.  No sé si fueron mis piernas descansadas, mis buenas sensaciones, o todas esas emociones juntas, lo que provocó que corriera más que nunca.

Mi cabeza me decía que reservara fuerzas, que aún quedaba un buen tramo por recorrer. Pero como me suele pasar, no fui racional. Estaba corriendo con el corazón. Quizá forcé, pero sentí la necesidad de dejarme llevar y vivir plenamente el momento. Y si mis zancadas eran ligeras, era porque no iba corriendo, sino volando.

1:45

Mi mejor marca en Media Maratón hasta ahora; pero no buscaba un tiempo. De hecho quien me conoce lo sabe bien. Soy un desastre, me agobio, no controlo ritmos, no baso éxito o fracaso en una marca determinada, ni en la aprobación de los demás.

Ser así me ha ayudado mucho, por eso te lo digo por si te sirve también. Recuerda esto para el resto de tu vida y quizá logres ser un poco más feliz:

El éxito depende de ti mismo.

Del valor que le des a cada pequeña o gran cosa que hagas.

Por ejemplo en mi caso, no sé cocinar. Pero cuando me he empeñado alguna vez y he conseguido cocinar algo rico, me ha parecido un gran logro. Y sí. Alrededor tengo personas que bien podrían ser chefs, que de repente te hacen croquetas gourmet de queso o la mejor tarta de zanahoria del mundo. Pero para mí, mi huevo frito es toda una obra de arte. Por el contrario, entrenando si que me considero un “chef” y esos burpees que son mi pan de cada día, no desmerecen los de ese principiante que por primera vez es capaz de hacer una serie completa sin descanso.

A lo que me refiero es que, como he dicho anteriormente. El éxito parte de ti mismo. Sólo puedes tomarte a ti como referencia, comparándote tan sólo contigo. Consiste en ser mejor que ayer, sea como sea. De lograr aquello que te has propuesto tú. Es en la maldita comparación con los demás, donde empieza el verdadero fracaso.

En lo que refiere a la carrera. Hice un gran tiempo, mi mejor marca. Logré mi éxito personal y me sentí plenamente satisfecha. Pero no soy mejor que la que llegó la última, ni peor que la que llegó la primera. Porque todas nos preparamos la misma carrera, y nos levantamos de la cama aquel día, para correr una media maratón; cada una en sus circunstancias, en sus vidas, con sus problemas, con sus historias, en su mundo.

Todas,  ganadoras.

En definitiva, me siento feliz de haberlo logrado y sobretodo por primera vez, siento que podría haber continuado. Un poco más, unos kilómetros más, hasta llegar a los 42

Ahora más que nunca, siento que el 2018 será el año.

Voy a por tí, Maratón de Madrid.

Gracias a todos por vuestro apoyo.

A Clara por ser el corazón azul que siempre le da el extra de oxigeno a mis pulmones. 

A mi madre por ser mi gran apoyo constante, mi superheroína. 

Y en especial a mi querido Club de Corredores de Altafit Puerta de Toledo. Por esos entrenamientos cargados de buena técnica y mejor energía. Es increíble todo lo que he mejorado gracias a vosotros, profes y compañeros.

Sigamos corriendo, que hay muchos sueños por cumplir.