Este Domingo otro año más, correré
Esa carrera, la corrí por mi, por demostrarme que era capaz. De vez en cuando es bueno reafirmarse, coger las riendas ante un reto importante y plantarle cara. La sensación de superación que me invadió aquel día, me ha servido para afrontar conflictos internos durante este año, crecer como persona y lograr un poco más de ese ansiado equilibrio que todos buscamos y muy pocos encontramos.
Estas son las palabras que publiqué el año pasado:
21Kno son sólo 21K
Porque incluso la más corta de las zancadas, te acerca a tu objetivo. Y pueden pasar muchas cosas pero lo importante es no dejar nunca de avanzar.
Lo más bonito de las carreras es el aprendizaje tan profundo que te dejan. Puedes haber corrido miles, pero ninguna es igual. En todas eres un novato. Porque realmente estás solo ante ellas, con la voz de tu cabeza. La que te puede, tanto impulsar hasta el cielo como hundir bajo el suelo. Y cuando dolor, cansancio o miedo se plantan ante ti para ponerte a prueba, debes poner en una balanza si pesa más el agotamiento de tu cuerpo, las dudas de tu mente o la voluntad de tu corazón.
Decide entonces… qué va a pesar más.
Mi experiencia me dice que si buscas el sentido a una carrera, o el verdadero significado de una vida entera, lucha por conseguir que
el corazón… pese siempre más.
En cuanto a estos meses recorridos… Me he preparado como siempre, lo mejor que he sabido y podido. Estoy satisfecha con mi entrega, mi recién aprendida técnica de carrera y los km. acumulados en mis piernas. Ayer tuve un “ensayo general” de 17 km y la sensación fue más que satisfactoria. Toca descansar, trote suave, estiramientos… y finalmente disfrutar.
El buen entrenamiento ya nos da la medalla; El día de la carrera, se va sólo a recogerla.
Y recuerda que la victoria la consigues cada día de lucha superada. Cada vez que subes a una cima o que alcanzas una meta. Sea cual sea. Que tu verdadero premio no sea un trozo de metal, ni conseguir un tiempo, ni ritmo de carrera. Sino vivir cada km disfrutando.
Sintiendo en el corazón, ese momento que tantas veces sin querer… se nos escapa.