Como cada año, nunca nos perdemos la fiesta del Orgullo.
Alejandro y yo vivimos el día del desfile como dos niños entusiasmados. Día de ser libres, de dejarse los complejos en casa.
,,,día de ser uno mismo.
Parece algo fácil, algo obvio… Lo de ser uno mismo, me refiero. Pero no. Quizá en ese sentido, soy afortunada. No sé si fue por suerte, o por estar entre las personas socialmente aceptadas o “populares” – (Qué asco de término, pero es para hacerme entender ) – pero el caso es que el bullyng, no lo he sufrido en mi propia piel.
No he sabido lo que es eso, de no poder expresarte por miedo a no ser aceptado. De tener que justificarte por tener una visión alejada de la opinión de los demás. Como si lo común fuera mejor, que lo excepcional. Aún así, lo he visto a mi alrededor, y siempre he actuado, o he intentado hacer algo al respecto.
Top: Zara sales
Pantalones vintage
En el caso de Alejandro, cuando lo conocí, ya habíamos pasado la etapa del instituto pero aún así muchos de esos traumas, los llevaba consigo. Aún hoy, conserva ciertos miedos. Pero percibí esa luz única en él, en cuanto le vi. Fue como un flechazo.
– “No sé quien es, pero va a ser mi amigo, alguien importante. Quiero que lo sea” – Eso pensé
Nunca imaginé hasta qué punto.
Una amistad que se ha convertido en familia, en parte de mi misma. Por eso, días como el del Orgullo, salgo con él con alegría como siempre, pero con una protesta, con una lucha interna. Con las ganas de gritarle al mundo, que aquí está él, que aquí estoy yo, que aquí estamos los dos. Que estamos orgullosos de ser quienes somos, independientemente de nuestros gustos, pasiones, formas de ser, pensar, sentir, amar….
…estamos aquí
Orgullosos de ser como somos, orgullosos de ser quienes somos.
Sin escondernos, sin camuflarnos por ser diferentes.. Al contrario. Con purpurina para brillar más entre la gente.
Alejandro, estaba radiante.
Sólo espero verle con esa sonrisa siempre, y que pase lo que pase mantenga siempre la mirada al frente. Que nada le detenga. Que no tenga que ahogar su forma de ser, vivir o amar, por agradar a los demás. No.
Nunca más.
Porque ahora, vive con un amor más grande. El amor hacia si mismo.
Ahora, vive con orgullo.