Hola foodie espíritus!
Los momentos especiales requieren un lugar especial.
Cuando mi tía vino a Madrid hace unas semanas, quisimos celebrarlo yendo a cenar a uno de mis lugares favoritos. A ella le apasionan las plantas. En el patio de su casa, tiene su colección particular.
Por eso, pensamos que este precioso rincón natural, le encantaría para nuestra pequeña reunión familiar:
El Jardín Secreto de Salvador Bachiller
Este jardín, escondido en la cuarta planta de Salvador Bachiller, de la calle Montera, te acoge en cuanto llegas.
Con detalles inspiradores por todas partes. Todo lo que hay en la mesa, puedes comprarlo en la tienda. Vajilla, cubertería, mantelería…
Pero este Jardín no es sólo un oasis de paz en pleno centro de Madrid, sino que la comida está deliciosa. Sus platos son sencillos pero con ingredientes gourmet que marcan la diferencia en cada bocado. Como buenas amantes del queso, ya que nosotras somos manchegas, destaco la selección con membrillo que pedimos para compartir, Imprescindible.
Las gyozas también muy ricas y ligeras.
Los platos principales, sencillos a la par de exquisitos. No hace falta una receta complicada para acertar. Con un Bocadillo rústico de jamón ibérico con queso brie y cebolla caramelizada, una Hamburguesa de Waigu (vaca japonesa) y una Focaccia de mozzarella con tomate, canónigos y pesto, hicimos pleno.
Por supuesto, destacar la cuidada presentación de cada plato.
(por si aún lo dudabais, obviamente la focaccia fue mi elección)
Aunque acabamos bastante llenas, siempre hay que dejar espacio para el postre. Sobretodo para el postre sorpresa presentado a modo planta, con maceta incluida
¿Sabéis cuando comes algo y dices: “Vale, me pones siete de estos, versión Bridget Jones? Pues así de espectacular nos pareció este postre con chocolate, toque de menta, brownie al fondo y helado de vainilla. (Casi nos comemos hasta la maceta)
La tarta de queso es mi postre preferido junto a la tarta de zanahoria, no podía pasar sin pedirla. Era casera y muy suave al paladar, con el gran toque de frambuesa.
En definitiva, el lugar con todo lo que engloba, el ambiente natural y relajado, la luz tenue… todo el conjunto logra que más allá de comer, vivas una bonita experiencia.
Recomendación 100% para una ocasión especial, comida, disfrutando de la luz natural o cena, con ese ambiente más íntimo.
Aunque también te recomiendo su brunch, que ha sido uno de mis planes favoritos en los fines de semana del verano.
Sin más, espero que os haya gustado este paseo gastronómico y que os animéis a probar los gastrobares de Salvador Bachiller, cada uno con su toque particular, ideado para hacerte vivir una velada perfecta.
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